"No puedes amar realmente hasta que eres capaz de amar tu propia incapacidad de amar a veces… No puedes sanar realmente a menos que abraces todo lo que aún no ha sanado dentro de ti, hasta que le des su lugar, hasta que lo trates como un huésped que es bienvenido a tu inmensidad… No puedes conocer la verdadera libertad hasta que te des cuenta de que incluso sentirte sin libertad es un regalo inmenso…
Como Freud observó, no puedes amar lo que deseas, y no puedes desear lo que amas… Porque el amor siempre es más cercano, más íntimo, está a menos distancia que un deseo, es incapaz de objetivar o ser objetivado. Yo soy amor… y yo soy lo que tú eres… Eso es todo.
¿Cuál es la verdadera meditación? Estar despierto y vivo a este precioso momento.
Si te das cuenta de que te has perdido en una historia… de que estás desconectado… de que te has olvidado del momento… ¡celebra! ¡Acabas de despertar de un sueño!
"La mente sólo puede imaginar un futuro. Estate dispuesto a no saber, a tropezar de vez en cuando, a inclinarte ante lo Desconocido.
La verdadera felicidad es la ausencia de la comparación… es la ausencia de tratar de ser feliz… es una invitación a ser íntegro… a mantenerte bien plantado… presente… justo donde te encuentras.
Tus dolores, angustias, dudas, anhelos, pensamientos de miedo, no piden ser ‘sanados’… piden ser acogidos… aquí… en los brazos sanadores de este momento presente…