Por una vez, relájate un poco
y simplemente conviértete en la audiencia
del juego de tu mente.
Solo mira con un poco de desapego.
Observa un rato,
Luego, en algún punto, puedes llegar a reconocer
que ya has visto el espectáculo muchas veces,
por lo que ya no hay necesidad
de invertir más tiempo ni dinero allí.
Te olvidarás de ello por completo.
Y de manera inesperada, puede que te encuentres a ti mismo
caminando por un sendero de alegría inmutable,
de luz y sabiduría.